miércoles, julio 3

Victoria fue al mercado; al volver, halló su casa sepultada por el lodo

De su casa, como de las de sus vecinos, solo se veía ayer el techo de calamina. Sus parientes acogen a su familia.

Desde que ocurrió el aluvión en Laquiña, Sacaba, el domingo, Victoria Vicente vuelve cada día a la zona, con su hija de tres años del brazo y la más pequeña en su aguayo a la espalda, y mira desde el cerro que la maquinaria pueda llegar hasta donde era su casa, para ver si puede rescatar algo.

“Esa es mi casa”, señala lo único visible: techos de calamina. “Todo lo hemos perdido”.

La tarde del domingo, 25 de febrero, la mazamorra llegó a la zona de Laquiña, comunidad de Ucuchi cerca de Chiñata, descendiendo desde la montaña, donde, en la cumbre, según los reportes de las autoridades, reventaron dos lagunas. El lodo y las rocas alcanzaron hasta más de dos metros de altura. Ocuparon toda la primera planta de una casa, destruyeron otras por completo, arrastraron vehículos, cubrieron cultivos, sepultaron 6 mil pollos de una granja y dejaron a los habitantes del lugar desolados.

Aquel domingo, la familia de Victoria salió de su casa al mercado de Sacaba.

Su esposo se alertó en redes sociales de que algún evento ocurría en la zona de Chiñata. Cuando volvieron, solo encontraron el lodo cubriendo toda su casa.

“Cuando hemos regresado, ya no había nada. Yo nunca he visto que haya pasado algo así por aquí. Todo está enterrado, cocinas, garrafas, camas, todo, inclusive dinero”.

Hasta ayer, era imposible ingresar al sector donde estaba su vivienda, la mazamorra cubría todo y el agua continuaba acumulada.

“Por ahora, está muy gredoso. El tractor está viniendo por arriba y va a entrar después aquí”.

En las faldas de la serranía hasta donde llegó la mazamorra estaba la casa de Victoria, donde había dos familias con niños. Había más viviendas vecinas, alrededor de cinco; se trata de construcciones dispersas, porque no es un área urbana.

Los vecinos describieron que en el espacio que se llenó de lodo y rocas, había sembradíos de papa y maíz, algunas casas y un río “delgado”.

La familia de Victoria perdió casa y cultivos. Fue acogida por sus parientes, en Sacaba.

“Pero, voy a venir todos los días”.

Las familias afectadas tienen niños en edad escolar. La mayoría dejó de asistir estos días al colegio.

Por otro lado, el aluvión dejó a centenas de familias de las comunidades que están más abajo sin agua. También hubo afectación en el servicio de energía eléctrica.

Vía: Opinión