sábado, septiembre 30

Ruddy Yáñez dijo que encontró caminando solo a José Andrés y le ofreció Bs 20 para llevarlo en moto

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El infanticida se encontraba desvelado luego de acudir a un velorio, en su retorno a casa vio al niño, dudó al menos cuatro veces en dejarlo con vida, pero acabó asfixiándolo para que no lo delate. Le contó del crimen a su pareja

Consciente del crimen que cometió y relatando fríamente qué hizo, cómo mató al niño José Andrés y quién tenía conocimiento del hecho, así brindaba su declaración informativa en calidad de denunciado Ruddy Yáñez Villavicencio, el hombre de 33 años, que junto a su pareja, Maribel C.C., callaron durante seis días el infanticidio, haciendo que la Policía y los pobladores de Santa Fe realicen rastrillajes en busca del niño de nueve años que él había enterrado en un predio baldío.

Yáñez, frente a los investigadores, aceptó brindar su declaración, señaló tener conocimiento de sus derechos y procedió a relatar todo. Inició su declaración, recordando que el jueves, 15 de junio, salió de la casa de sus padres donde él vive, a comprar coca, pero en la venta unas personas lo invitaron al velorio de una profesora, pero como no la conocía dudaba en asistir y al final fue.


La motocicleta en la que Ruddy llevó al pequeño de nueve años

El hombre fue al velorio, se puso a beber y a las 6:00 de la madrugada del día siguiente (viernes 16 de junio) se despide y se va en su moto a la venta de su pareja Maribel, pero no la encontró porque se había ido a cosechar mandarina.

«A lo lejos veo a un muchacho que venía a pie, como a unos 200 metros, pensé en alzar a ese niño, pero no lo hice. Me volví y me acerqué en mi moto para preguntarle a dónde iba. El niño me dice que estaba de ida al colegio, le pregunté por qué no se iba en moto y me dijo que no tenía dinero, le ofrecí llevarlo y el niño me responde que no, que se subía a las motos desconocidas y es ahí que le ofrezco que se gane 20 bolivianos», cuenta el infanticida.

Ruddy le pregunta al pequeño qué cosa le gustaría comprarse con el dinero, a lo que el niño responde que deseaba pollo. El hombre lo convence de llevarlo en moto, pero antes le pide que lo acompañe a su chaco a traer unos galones de veneno. «El niño acepta, pero dice que sea rápido, se sube confiado a mi moto y cuando íbamos en la moto pensé llevarme al niño al monte para abusar de él. Le dije que tomaríamos un atajo y el niño me encargaba que sea rápido porque tenía que llegar al colegio», añade.

El hombre, al llegar a la zona de la tejería, dejó su motocicleta estacionada y entraron caminando con el niño, incluso observó que el pequeño estaba incómodo porque decía que iba llegar tarde a clases. «Escuché que venía gente y le dije que se eche en el pasto. Le pregunté: ‘¿si vos me vuelves a ver, me puedes reconocer?, él me dijo que sí, entonces me puse a pensar que si lo dejaba vivo, le iba a decir a sus padres y pensé en matarlo asfixiándolo, le tapé la boca y la nariz y él niño me dice que no iba a hablar nada y lo solté», añade.

Yáñez dijo que pensó dos veces en dejar libre al niño, es más, indica que le contó al pequeño lo que iba a hacerle. Finalmente, luego de cometer el vejamen, decidió asfixiarlo.

«Quedó inconsciente y no se movió, quedó quieto y yo me quedé parado mirándolo. Lo levanté y lo arrastré unos 15 metros hasta un árbol, fui a la casa de Maribel a buscar una pala y volví, hice un hueco y lo metí al pozo. Lo tapé con tierra, hojas y palos secos, espié que no haya nadie y me subí a mi moto. Volví a la casa de Maribel, dejé la pala en un charco de agua, me bañé y salí a la casa de mi madre», describe Yáñez.

El hombre recuerda que abordó a las 7:30 de la mañana, del pasado viernes, y después de cometer el crimen le contó a Maribel, la madre de sus hijas, lo que había hecho.


La imagen de la cámara de seguridad donde observaron al niño a bordo de la motocicleta.

El niño José Andrés, un pequeño que ni siquiera conocía y vio por primera vez, fue víctima del hombre que ya había sido denunciado por violación y tentativa de violación en años anteriores, pero gozaba de libertad pese de tener una orden de aprehensión desde 2021.

 Luego de las confesiones del crimen, Ruddy Yáñez Villavicencio fue puesto ante un juez cautelar, audiencia que se llevó en los predios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), donde el juez lo condenó a 30 años de cárcel, luego de acogerse a un proceso abreviado, pena que deberá cumplir en la cárcel de Chonchocoro, La Paz.

Vía: El Deber